Las personas haitianas en situación de desplazamiento en asentamientos improvisados están expuestas a mayores riesgos

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Globalízate Radio.- Fuente.- Ginebra/Puerto Príncipe – Aproximadamente la mitad de las personas internamente desplazadas en la capital de Haití han tenido que abandonar sus alojamientos temporales en las comunidades de acogida y ahora residen en condiciones vulnerables en asentamientos improvisados, casi duplicando la cifra de finales del 2022 y mostrando una tendencia de fatiga cada vez mayor en las comunidades y familias que las acogen.

Esta es una de las conclusiones de la última Matriz de Seguimiento de Desplazamiento (DTM) de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la cual pone de relieve los peligros cada vez mayores a los cuales están expuestas las personas desplazadas de Haití  y un deterioro muy preocupante del tejido social de un país asolado por la violencia de las pandillas y los desastres.

“Tengo cinco hijos y después de haber sido desplazados tuvimos que irnos a vivir con mi hermana”, les contó una madre haitiana a los entrevistadores de la DTM.

“Ya las cosas estaban muy complicadas para mi hermana, que no tenía mucho espacio y ella tiene tres hijos a los que apenas puede alimentar. Mis hijos comenzaron a discutir por la comida y a veces por otras pequeñeces. Así que mi hermana en un momento determinado ya no lo pudo tolerar y yo tampoco. No tuvimos más opción que la de venir a vivir en este campamento”.

De acuerdo con datos previos de la OIM la mayor parte de las personas desplazadas procuraron seguridad con amigos y familiares en otras comunidades. Cuando reciben a personas desplazadas las comunidades deben compartir sus limitados recursos con ellas. Y a medida que la crisis avanza, su capacidad de hacerlo va disminuyendo.

Adicionalmente los altos niveles de inseguridad crean un clima de desconfianza entre ciertas comunidades de acogida y las poblaciones de personas desplazadas lo cual deteriora la cohesión social. Esta situación hace que las personas desplazadas terminen abandonando la relativa seguridad de estos hogares y se dirijan a sitios improvisados de desplazamiento en donde quedan expuestas a riegos adicionales tales como la violencia comunal, la violencia sexual y basada en género, la discriminación y un alto nivel de abusos.

“Brindar asistencia a las familias de acogida y ayudarlas a que desarrollen un mayor nivel de resiliencia es crucial pues son quienes brindan la primera respuesta a la crisis”, señaló Philippe Branchat, Jefe de Misión de la OIM Haití.

“Pero debido a que casi la mitad de la población del país (5,2 millones de personas) padece necesidades desesperadas y que el Plan de Respuesta Humanitaria para Haití está financiado en tan sólo un 25%, la OIM hace un llamamiento fervoroso para una mayor asistencia por parte de la comunidad internacional, tanto para soluciones inmediatas como para otras a largo plazo”.

En este momento, la OIM y sus asociados están entregando albergues, artículos de higiene personal, lámparas solares, sets de cocina y otros elementos esenciales, y realizando también intervenciones en los sitios relacionadas con el agua potable, el saneamiento y la higiene. Asimismo, la Organización brinda asistencia al Gobierno de Haití en lo relativo a restaurar los servicios públicos básicos para restablecer la confianza entre los ciudadanos y hacia las instituciones estatales.

Las condiciones en los asentamientos improvisados son realmente extremas. Más de la mitad no tienen letrinas, y en donde las hay, no cumplen con los estándares básicos de higiene, lo cual genera una situación particularmente preocupante porque en Haití los brotes de cólera son recurrentes.

REUTERS/Ralph Tedy Erol/File Photo

La violencia generalizada es el principal agente impulsor del desplazamiento para las casi 200.000 personas internamente desplazadas en Haití. Si bien la mayor concentración de personas desplazadas se observa en la zona metropolitana de Puerto Príncipe, otras regiones también han comenzado a sentir la presión. Las tensiones y los temores se exacerban aún más por el “Bwa Kalé”, una patrulla urbana famosa por sus linchamientos indiscriminados que socavan la solidaridad en la comunidad.

Adicionalmente, desde el comienzo del año 2023 más de 100.000 haitianos se han visto forzados a retornar desde países vecinos, muchos de ellos sin documentos de identidad adecuados, lo cual complica su reintegración.

Cabe destacar que de las personas migrantes repatriadas entrevistadas, un 22% habían estado previamente desplazadas dentro de Haití. Esto pone de relieve la necesidad de contar con soluciones sostenibles a largo plazo para el problema del desplazamiento interno. Además de contar con asistencia vital inmediata para las personas desplazadas internamente y las comunidades que las acogen, es crucial también abordar las causas de origen del desplazamiento, una cuestión que se ha vuelto más urgente que nunca.