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Texto y fotografías: Ricchielis Berrueta (Colombia)
Para la psicólogo Verónica Prieto, es importante que los niños se sientan como en casa. Hacer parte de las culturas de los países de acogida que fomenten la unión familiar es un refuerzo positivo para los más pequeños de la casa. Desde diferentes ciudades de Colombia las familias venezolanas de unieron a la tradición
Cada 7 de diciembre millones de colombianos salen a las calles a colocar decenas de velitas, algunos frente a sus viviendas, otros en los ventanales, celebrando así la Fiesta de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.
Éste año, como en algunos anteriores, a la celebración que además da inicio a la navidad, se sumaron familias venezolanas, quienes, en sus peticiones y oraciones sin duda alguna, Venezuela estuvo presente.
Adrián, es un niño de 10 años oriundo del estado Zulia, llegó a la ciudad Branquilla hace poco más de dos años en compañía de sus progenitores con quien celebró esta festividad, una de sus velitas colocada la madrugada del 7 de diciembre estuvo dedicada a su país natal.
“Como la mayoría de los migrantes Adrián sueña con que el país vuelva a ser como antes para poder regresar y estar con el resto de la familia y sus amigos. Mientras tanto, disfruta participar en estas festividades que fomentan las ilusiones en los niños. En una de sus velitas encendidas pidió a Dios poder volver pronto”, señaló su papá Adrián Villalobos.
A juicio de la psicólogo y también migrante venezolana, Verónica Prieto, incluir a los menores en celebraciones donde prevalece la interculturalidad es importante para ellos.
“Si la tradición es agradable, divertida, fomenta la unión familiar y contribuye con las creencias de los niños es fundamental que tengan participación. En el nuevo país es importante hacer cosas que los hagan sentir como en casa. Los más pequeños deben entender y vivir estos procesos cada uno a su propio ritmo”, indicó.
Por su parte, Daniela Hernández de 7 años, también proveniente del vecino país celebró la Noche de las Velitas junto a su mamá Karen Fernández, esta será la primera navidad que pasan lejos de casa.
“Entre las peticiones que realizamos además de orar por la salud y el bienestar de la familia y el mundo entero, le rogamos a Dios que ayude a Venezuela, necesitamos que se levante para que en lugar seguir saliendo del país, podamos decir, regresaremos a nuestra casa y todo volverá a ser como antes”, dijo Karen Fernández quien actualmente reside en la ciudad de Bogotá.
Karen Fernández, al igual que Adrián Villalobos y su familia, forman parte de los más de un millón cuatrocientos mil venezolanos que se han establecido en Colombia y que día a día salen a las calles de este país a luchar por brindarle a sus hijos una mejor calidad de vida.
“Debemos proveer a la familia de cosas básicas que en Venezuela no podíamos debido a la crisis por la cual está atravesando, no es fácil estar fuera, es un camino duro que toca afrontar, pero lo hacemos con mucho respeto, agradeciendo las oportunidades que el creador y este país nos ofrece, también ayudamos a quienes se quedaron en el país”, destacó Villalobos.
Es importante reiterar que según la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), las proyecciones presentan un panorama de continuo crecimiento del flujo migratorio y se espera que 6.5 millones de personas hayan salido de Venezuela para finales de 2020.