Testimonio de una Peruana que vivió en Venezuela: «Los venezolanos son nuestros hermanos»

GlobalizateRadio.- 

Texto: Isabel Cristina Morán (Perú)

Aracely, es una mujer peruana que vivió varios años en Venezuela, regreso al Perú a su país y hoy comparte con nosotros su experiencia de como recuerda al país caribeño, porque los venezolanos son nuestros hermanos.

—Entonces  dijo: no sé qué tienen los venezolanos que van por la calle como si estuvieran bailando un merengue?. Se pregunta nuestra entrevistada.

Detrás de una mesa de manicura trabaja Aracely una peruana que vivió en Venezuela. La mesa de manicura se encuentra dentro de un local que ella llama salón de belleza. Ese local está en un asentamiento humano que se conoce como Juan Pablo II, entre los límites de los distritos Santiago de Surco y San Juan de Miraflores, en Perú.

Esos distritos pertenecen a Lima, y Lima es la capital del país del sur que más venezolanos alberga: Perú.

Aracely, limeña de nacimiento, se mueve con facilidad entre tantos llaneros, pues vivió en Venezuela entre 1999 y 2018. Su residencia la fijó en Margarita, Porlamar, y allí, después de mucho esfuerzo, vio correr la juventud dorada de su único hijo, Rodrigo.

—Llegué a Venezuela porque mi hermana se fue de luna de miel y le gustó mucho ese país.

Aracely emigró de Perú a Venezuela sola. A su hijo Rodrigo que tenia tenía 5 años  lo dejó con una hermana. Se fue porque los estragos de una época roja en Perú producto del terrorismo del grupo subversivo «Sendero Luminoso» y movimientos afines arrasaron con la economía de su país.

Se mantuvo los primeros años gracias a empleos informales. Se enamoró de un chamo, un chamo carupanero. Se casó con él y ambos pasaron a ocupar el departamento de conserjería de un condominio.

—Si te vas a otro país, debes saber que vas a trabajar duro (…) No es soplar y hacer botella—, afirma Aracely, y lo afirma con aplomo.

Entre mil y mil 500 venezolanos entran a diario a Perú. Es el segundo lugar del mundo elegido, después de Colombia.

El Diario El Comercio, en una publicación de mediados de 2019, distingue cuatro sectores de la migración urbana: servicios, comercio, manufactura y construcción.

Al cierre del año pasado, había 630 mil 715 llaneros en tierras incas, con residencias fijadas en cinco distritos que representan 85% del territorio de la nación. En Lima y Callao están la mayoría.

Aracely va a cumplir un año en Santiago de Surco y lo único que quiere es regresar a Margarita y terminar de construir su casa y su local, local al que quiere llamar salón de belleza.

Ella nos cuenta que los venezolanos son personas muy cordiales que cuando ella llego a ese país, lo hizo con mucho temor, pero el recibimiento fue muy bueno, al punto que se adapto rápidamente,  «Lo que pasa es que los venezolanos son más cálidos, tienen apertura». nos dijo la peruana que paso años en la tierra de Bolívar.

Tiene una amiguita a la que le hace el favor de ponerle mercadería en su local para vender. Hay otro chamo al que le compra café. Y a la señora del costado, que vende tequeños, de vez en cuando le compra uno o dos.

Aracely nos dice en su relato que ella aprendió a bailar merengue en Venezuela, porque dice, que los «Venezolanos pareciera que siempre están bailando  son muy alegres, atentos, saludan con mucho cariño, si necesitas algo y ellos pueden ayudarte lo hacen» agrega la mujer. 

La situación en Perú con los venezolanos esta dura, nos dice, y eso la hace sentir mal, «muchos peruanos como yo, viajamos a Venezuela buscando oportunidades de trabajo, de tener una mejor vida para nuestras familias que se quedaron aquí en Perú, ahora son ustedes (los venezolanos) los que salieron y me da mucha pena como mis hermanos tratan a los venezolanos».

Cuando una peruana va a su salón, y dirige comentarios xenofóbicos a venezolanos, ella trata de mediar. Pero a veces les habla como peruana pura para que no se levanten de la silla.

Hace días hubo una reunión en la casa de su hermana. Pusieron música. La sacaron a bailar y ella aceptó. Aracely río a carcajadas y cantó. Disfrutó mucho nos comentó,  su cuñado la increpó y le dijo «pareces venezolana», afirmò la mujer trabajadora.

—¿Y qué culpa tienen ellos de que vayan por la vida bailando merengue? — respondió Aracely.

Este es un testimonio de una Peruana que tuvo que emigrar a Venezuela para tener mejores oportunidades, ella nos dijo que mientras que estuvo en el país, se sintió atendida, cuidada, nunca tuvo una experiencia desagradable con nadie, por el contrario, se sintió respetada, es por ello que nos afirmó que » no tolera lo que algunos peruanos están diciendo y haciendo contra los venezolanos, eso no se debe permitir, ustedes, salieron por una oportunidad, para mejorar sus vidas, y eligieron este país, debemos ser agradecidos porque muchos peruanos llegamos a Venezuela a trabajar y nos atendieron bien», termino la manicurista que quiere regresar a la Isla de Margarita a terminar su casa y tener su propio Salón de Belleza.