En Brasil la reubicación de refugiados venezolanos es una nueva oportunidad para su inclusión laboral
GlobalizateRadio/Acnur Gabo Morales(Brasil) Durante el año 2019 la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) inició un programa de ayuda para los migrantes y refugiados venezolanos que salieron de su país teniendo como destino Brasil, allí muchos no lograron un puesto laboral, ante esta situación la organización comenzó una reubicación a ciudades con mejores perspectivas en puestos de trabajo.
Alrededor de 200.000 de los aproximadamente 4,8 millones de venezolanos que han abandonado su país en medio de la crisis actual han buscado seguridad en el vecino Brasil. La gran mayoría, como Gabriela, hace el viaje por tierra, cruzando la frontera hacia Roraima.
Una de esas ayudas es la de la venezolana Gabriela Peña, quien migro de Venezuela por las situaciones presentes en ese país, llego a Roraima allí tuvo acceso a alimentos y medicinas, pero no pudo encontrar el trabajo que necesitaba desesperadamente para poder comprarlos, Acnur la reubicó en São Paulo, trabaja en el departamento de Recursos Humanos de un laboratorio.
Gabriela Peña de 32 años trabajo en Venezuela como agente de aduanas, presenta una discapacidad en sus piernas luego de un accidente que tuvo muy pequeña al llegar a Brasil y asi lo dice: “Traté y traté de encontrar algo, cualquier cosa, pero era casi imposible, sin el vuelo que nos trajo aquí, no hubiera sido posible”.
La gran cantidad de venezolanos en Roraima ha hecho que encontrar trabajo estable sea un desafío. Afortunadamente, la suerte de Gabriela cambió después de que ella, su madre y su esposo fueron reubicados de Boa Vista, con una población de 400.000 habitantes, a São Paulo, la potencia económica brasileña de 21 millones de habitantes.
Gabriela, que tiene un título universitario en administración, fue contratada en el departamento de Recursos Humanos de un laboratorio de diagnóstico, mientras que su esposo encontró trabajo como mecánico de automóviles. Gracias a los constantes cheques de pago, la familia ha alquilado un modesto apartamento de dos habitaciones, y Gabriela está esperando su primer hijo.
“Aquí en São Paulo, conseguir un buen trabajo es fácil”, dijo. “Pero sin el vuelo que nos trajo aquí, no hubiera sido posible. En Roraima, simplemente no veo cómo habríamos reunido el dinero para comprar los boletos de avión por nuestros propios medios”.
Más de 16.000 refugiados y migrantes venezolanos han participado en el llamado programa de “reubicación interna”, que es administrado por el Gobierno brasileño, con el apoyo del ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, así como la Organización Internacional para las Migraciones. ACNUR ha trabajado para aumentar el número de albergues que reciben a los reubicados, para que la mayor cantidad de personas posible puedan aprovechar los vuelos de reubicación. La agencia también distribuye pagos en efectivo a algunos beneficiarios para permitirles comprar artículos domésticos básicos en sus nuevas ciudades de acogida.
Los beneficiarios han sido reubicados en casi 300 ciudades a lo largo y ancho de esta nación del tamaño de un continente, desde Río de Janeiro, en el sureste de Brasil, hasta la pequeña ciudad de Marco, en el estado nororiental de Ceará.
A menudo, los beneficiarios son reubicados en vuelos operados por la Fuerza Aérea de Brasil desde albergues temporales en Boa Vista a albergues en sus nuevas ciudades de acogida que les proporcionan una base estable desde la cual buscar trabajo y alojamientos más permanentes. Otros vuelan para unirse a miembros de la familia que ya viven en otras partes de Brasil, mientras que otros son reclutados antes de abandonar Boa Vista por compañías que necesitan mano de obra.
La inclusión económica de los refugiados fue uno de los temas en discusión en el Foro Mundial sobre los Refugiados, una reunión de alto nivel celebrada en Ginebra del 17 al 18 de diciembre del año pasado . Los estados, el sector privado y otros actores anunciaron contribuciones de alto impacto destinadas a dar a las personas refugiadas la oportunidad de usar y desarrollar sus habilidades y contribuir al crecimiento económico en sus comunidades de acogida.