Combatiendo la xenofobia, en época del COVID-19

Autor: Marcelo Pisani Director Regional de @OIMCentroAmer y @IOM_Caribbean

Marcelo Pisani Director Regional de @OIMCentroAmer y @IOM_Caribbean

Incluir migrantes en la respuesta es deber de todos, y también una forma de protegernos.

La estigmatización de determinados grupos de población durante situaciones de crisis no es un fenómeno nuevo, y son frecuentes los casos en que grupos poblacionales como los migrantes han sido el chivos expiatorios.

El Covid-19 no es la excepción, pues la estigmatización se ha manifestado de varias formas, como con agresiones verbales o físicas y exclusión social.

Todos los Estados tienen la obligación de proteger los derechos de todas las personas en su territorio, sin discriminación, incluso en situaciones humanitarias. Es importante recordar que los migrantes, incluyendo a quienes son retornadas desde el exterior de manera forzosa, cuentan en muchos casos con buena salud y nunca deben ser estigmatizados ni asociados con el riesgo de transmitir enfermedades, solo por ser migrantes, incluso si su migración se dio en condiciones irregulares.

Sin embargo, los prejuicios pueden hacer que el estatus migratorio y las condiciones de vida de una persona migrante sean erróneamente interpretados como factores que limiten sus derechos, incluyendo el derecho a la asistencia sanitaria sin discriminación durante la pandemia.

«Incluir migrantes en la respuesta es deber de todos, y también una forma de protegernos»

Ciertos elementos que rodean el proceso de migración pueden representar riesgos para la salud de los migrantes, como las barreras para acceder a los servicios de salud, las malas condiciones de vida y de trabajo, y la explotación. Desde una perspectiva de salud pública, el riesgo de exclusión y el uso de narraciones estigmatizantes tienen un efecto contraproducente, pues pueden hacer que los migrantes escondan sus síntomas, en lugar de buscar tratamiento, lo que pone a todo el mundo en riesgo de enfermarse.

Es importante que se adopte un enfoque inclusivo, para garantizar que todos los migrantes, independientemente de su estatus migratorio, sean incluidos en la planificación, respuesta y mensajes de salud pública.

Esto comprende el uso de un lenguaje adecuado, recomendaciones culturalmente apropiadas, y garantizar que todas los migrantes puedan acceder a los servicios de salud sin temor a estigma, arresto o deportación, entre otras cosas.

¿Y la discriminación en fronteras? Se entiende que, con el fin de proteger a sus nacionales, los gobiernos han establecido restricciones de viaje que involucran a migrantes, así como también a los desplazados internos. Sin embargo, es necesario hacer un seguimiento cercano y responsable para que la aplicación de estas medidas no esté basada en miedos o preconceptos relacionados con el coronavirus, por ejemplo, con el cruce de personas en puntos ciegos en la búsqueda y mantención de dinámicas sociales y comerciales propias de las áreas transfronterizas.

Gina Caldera y Hugo Sanchez Directivos de www.globalizateradio.com, Marcelo Pisani Marcelo Pisani Director Regional de @OIMCentroAmer y @IOM_Caribbean y Josue Gastelbondo Jefe Misión OIM RD

Evitar este tipo de consideraciones, así como incentivar el rechazo de grupos poblaciones en general, pero en particular durante el contexto de una pandemia, constituye una violación a los derechos humanos y una innecesaria y evitable exposición de toda la población. Pero no todas las respuestas son responsabilidad de los Estados y la cooperación internacional.

La estigmatización de los migrantes ha sido exacerbada, por la desinformación y noticias falsas, especialmente por redes sociales y por la politización del problema.

Sin embargo, estos mismos medios también han servido para contrarrestar la discriminación, para dar muestras de solidaridad a los más vulnerables durante la crisis, y para destacar los variados aportes de la población migrante en los mercados laborales de los países de origen, tránsito y destino, el crecimiento económico y las finanzas públicas, entre otros.

Todos podemos tomar el papel de identificar y desafiar la información errónea en línea, mientras compartimos información de fuentes confiables, para reducir el pánico, la xenofobia y la propagación de información incorrecta. Así todos aportamos a la solución, asegurando “que nadie se quede atrás”.