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Texto: Raúl Semprún. (Chile)
Fotos Cortesía: Fotos Karlin_Avila
La devoción chiquinquireña crece en Santiago y el resto de Chile al conmemorarse este lunes 18 de noviembre los 310 años del hallazgo de la tablita con su imagen en aguas del Lago de Maracaibo.
Lo hace bajo el ala de un grupo importante de laicos que robustecen el movimiento mariano.
El pasado domingo 10 de noviembre monseñor Celestino Aos Braco, obispo de Santiago, coronó a la Virgen de Chiquinquirá como Reina y Madre del Pueblo Migrante Venezolano, Colombiano y Peruano por solicitud del padre Julián Acevedo.
Este domingo, cientos de fieles venezolanos llenaron la catedral metropolitana de Santiago para celebrar la renovación milagrosa de la Chinita.
La Santa Eucaristía comenzó con la procesión de entrada de la Réplica y la misa fue presidida por el padre Isaldo Betin, párroco de la Parroquia Latinoamericana, quien enalteció el papel tan importante que han tenido los migrantes venezolanos al traer su fe, devoción y alegría a estas tierras australes. “Ustedes han venido aquí para brillar, con la luz de Cristo”, expresó en la Homilía.
El manto que fue hecho especialmente para este día, fue inspirado en los tapices de la etnia wayuu, donde destaca el imponente sol de Maracaibo como elemento principal, rodeado de flores y aves que caen rendidos a los pies de la Virgen para venerarla.
A pesar de la grave crisis social que atraviesa Chile en este momento, la fiesta en honor a Nuestra Señora de Chiquinquirá se pudo realizar sin inconvenientes, los fieles dieron una gran muestra de fervor, en un ambiente colmado de esperanza y fe, pidiendo a la Virgen que interceda por los pueblos de Venezuela y Chile para que nos alcance paz, justicia y solidaridad. Finalizada la Santa Eucaristía se realizó un homenaje gaitero, acompañado de gaitas y danzas, con lo cual se brindó un espacio familiar a todos los asistentes.
Para este lunes se espera de nuevo una misa en su honor y la procesión de su reliquia y corona.
