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Migrante venezolana: “No llegaba a los 40 kilos y debía amamantar a mi hijo en esas condiciones”

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GlobalizateRadio.-

Texto y Fotos Periodista: Ricchielis Berrueta (Colombia)

Las mujeres y niños son los más golpeados durante la migración, los cambios en las actividades que se realizan cotidianamente marcan profundamente la estabilidad emocional de una persona. Procesos migratorios afectan principalmente a los más pequeños de la casa. Son millones las historias de familias afectadas por el éxodo

Yuli Ruiz, llegó a Colombia hace menos de un año junto a su bebé de 4 meses de nacido, es la segunda vez que arribó a éste territorio, pues en el 2018 probó suerte por un tiempo pero regresó a Venezuela con el fin darse una segunda oportunidad de vida en el país donde vivió toda su infancia, niñez y adolescencia, también quiso que su pequeño llegara al mundo en la tierra que la vio nacer, pero tras ese proceso su realidad fue más allá, pues, le tocó irse definitivamente de país, como a los más de 4 millones de venezolanos refugiados y migrantes en el mundo, según cifras aportadas por Agencia de la Onu para los Refugiados (Acnur) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

“El apego a las cosas materiales y ver nacer a mi hijo en mi tierra fue una de las razones por las que regresé el año pasado -2018- Pero realidad esta vez me golpeó más fuerte, así que por mi hijo emprendí mi rumbo hacia Colombia, tierra que una vez me recibió y lo hizo por segunda y última vez, en esta oportunidad será definitivo, no hay vuelta atrás”, señaló la joven de 25 años de edad.

Según la Acnur, Colombia es uno de los países latinoamericanos donde se concentra la mayor cantidad de migrantes provenientes de Venezuela con aproximadamente 1 millón 300 mil ciudadanos oriundos de ese país, esto debido a la crisis sin precedentes que ha originado este desplazamiento desmedido de la población.

Con su pequeño en brazos y una maleta llena de sueños, cuenta que salió desde Barlovento, estado Miranda, destacó que aunque no posee pasaporte, su condición física era tan deplorable que en el punto migratorio entre Venezuela y Colombia las autoridades ni le preguntaron hacía donde se dirigía, “estaba desnutrida prácticamente, no llegaba a los 40 kilos y amamantando a mi hijo en esas condiciones, él es lo primordial en mi vida y por él lucharé porque los niños son nuestro presente y el futuro”.

Sin dinero en sus bolsillos y apegada a la ilusión de mejorar la calidad de vida de su único niño, consiguió ángeles en el camino quienes la apoyaron hasta llegar a Sitionuevo, pueblo del Departamento de Magdalena ubicado a unos 4 kilómetros de la ciudad de Barranquilla- Atlántico, donde actualmente reside, señala que la condición de la vivienda no es la mejor “pero al menos contamos con un techo”, dijo.

Thiago Andrés, es el nombre de su pequeño, tiene 8 meses de nacido y es su fiel compañero de andanzas, aunque vive con sus abuelos, éstos están mayores para atender a un niño y mucho más para trabajar, hace énfasis en lo difícil de salir cada día con un niño en brazos a conseguir para el sustento, “toca duro, no es fácil salir con tu hijo, verlo aguantando sol y calor y no tener otra alternativa”, señaló.

Los juguetes de Thiago son vasos, tazas, platos o cualquier cosa que lo entretenga y su sitio de juegos es una andadera o el regazo de su madre mientras ella vende en la calle cualquier cosa que le permita obtener un ingreso, dejó atrás su oficio como docente para dedicarse a la venta informal y también para arreglar uñas en la calle.

“En Sitionuevo no hay calles pavimentadas, mi hijo no estaba acostumbrado al contacto con arena y bueno, acá le ha tocado, actualmente padece de escabiosis pero ya está en tratamiento, aquí al menos puedo conseguir medicamentos, le puedo dar su leche. Yo estoy mejor alimentada para seguir amamantándolo”, aseguró.

Aunque su esposo se encuentra también en Colombia no viven juntos, explicó que se encuentra cuidando una propiedad, trabaja todos los días durante las 24 horas del día, allí además de vivienda le dan un incentivo con lo cual abastece al niño de pañales, alimentos y medicinas.

Como esta, son incontables las realidades en las que los niños son los más vulnerables, quienes más sufren a causa del éxodo, salen huyendo principalmente a causa del hambre, la inseguridad, por la falta de medicamentos que deterioran poco a poco la salud, diferentes países a través de distintas organizaciones continúan realizando alianzas para apoyar a estos millones de personas proporcionando asistencia y canalizar soluciones que ayuden a subsanar sobre todo, la situación de mujeres, niños y jóvenes en el mundo.

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